Ni tú ni casi nadie, pero no confundamos los traductores automáticos (Babelfish,
etc.) con las herramientas de traducción (Trados, Wordfast, etc.), que era lo
que preguntaba Pablo. Estas últimas no traducen por sí solas: crean una base de
datos en la que cada frase traducida a mano es un registro; un campo es el
original, otro es la traducción, otro es el usuario que ha traducido la frase, y
así. Cuando aparece una frase que ya se ha traducido, existe la posibilidad de
usar la traducción anterior, pero también se puede modificar si lo exige el
contexto. Si la frase sólo es parecida, indican dónde están las diferencias,
para que el traductor las retoque a mano. Vienen bastante bien para traducir
textos muy repetitivos, como los manuales de informática y la ayuda de los
programas. También vienen bien para conseguir cierta homogeneidad de estilo y
vocabulario en las traducciones hechas entre varias personas.